La miel producida en los Estados Unidos todavía contiene residuos radiactivos que se derivan de las pruebas nucleares realizadas en las décadas de 1950 y 1960, en la época de la Guerra Fría. Así lo reveló un nuevo estudio que especifica, sin embargo, que no existen riesgos para la salud.
Cientos de bomberos trabajan de forma interrumpida para apagar los incendios que desde Vladimirovka, al norte de Ucrania, han alcanzado la zona de exclusión de la central nuclear de Chernobyl y, según los servicios gubernamentales, la radiación ha superado los niveles normales, aunque inferiores a para publicar un desastre.